ADIOS PANCHO MOUAT !!!

La ultima entrevista al hombre de confianza de Bachelet.
Fuente PRAXIS, La Comunidad Socialista

La presidenta Bachelet entró muy afectada a la iglesia San Francisco el domingo pasado. Caminó sola, sin guardaespaldas, hasta la primera fila para encabezar el responso por la muerte de Francisco Mouat (59), uno de los militantes hitóricos del PS más queridos y de mayor confianza de la mandataria. Lo había conocido hace 30 años, cuando él era dirigente del Departamento Nacional Sindical (Denas) de la Juventud Socialista. Despues del golpe, Mouat optó por no salir de Chile y fue pieza clave en la protección de quienes dirigieron el PS desde la clandestinidad. Silencioso, casi hermético, era reacio a comentar sobre el trabajo que -bajo la chapa de Arturo- cumplió hasta que dejo el país en 1975. Rara vez contaba en público su historia y menos sus lazos con Bachelet, con quien compartió el exilio en la RDA y -hasta sus últimos días- labores en La Moneda. Pero en agosto pasado hizo un excepción y concedió una entrevista para el libro "Prometamos jamás desertar", de Juan Azócar, que recontruye la historia de la generación socialista que se mantuvo escondida a principios de los 70. la conversación duró una mañana en la clinica donde le hacia pelar al cáncer. De ese diálogo a puertas cerradas, ofrecemos los pasajes más destacados, varios de ellos inéditos. Un relato en primera persona del Mouat más clandestino.

"Ante la inminencia del golpe, habámos previsto una serie de puntos en una misma ruta, pero pronto nos dimos cuenta que habíamos elegido mal el lugar (ríe), ya que la ruta escogida y prevista para los contatos pasaba por las puertas del mismo Estadio Nacional, que fue declarado recinto de detención el mismo día 11. En esas circuntancias, y es del todo comprensible, no todos llegaron a los puntos.

Quedamos conectados sólo entre nosotros, los ex Denas, pero sin comunicación, en cambio, ni con la dirección del PS ni con la de la JS. Eso fue el 13. El día 17 salí, y se me ocurrio ir a la casa de seguridad a la que habia ido el dia del tanquetazo, previando que quizás allí podria encontrarme con alguna instrucción a seguir. Toqué el timbre, y baja a abrirme Margarita, la polola de Mario Felmer (1). Allí me di cuenta que era la casa de la polola de Mario Felmer, y que nunca fue una casa de seguridad. Le planteé que estaba desconectado. En unos segundos Bajó Mario, quien me dio un informe, y me asignó un sistema de contactos con el chico Ariel Mancilla (2).

Todos los encuentros y puntos que habíamos quedado de hacer con Ariel fallaron hasta principios de noviembre, por que el chico Ariel no aparecia. A mediados de noviembre por fin nos contactamos. Me informó que la dirección de la JS había decidido disolverse e incorporarse a la dirección partidaria, y que a mí, como había estado a cargo del Denas de la Juventud, me iban a incorporar a trabajar con el Negro Víctor Zeréga, que estaba oficiando de encargado de masas del PS y responsable del Frente Sindical (...). Una de las primeras tareas estuvo vinculada al tema sindical, lo que no nos resutó muy complicado.
Mas tarde, Zeréga me planteó que le ayudara directamente en el tema de las relaciones políticas, particularmente con los dirigentes DC y PC. Los primeros contactos del PS con Manuel Bustos, por ejemplo, fueron precisamente a través mío. Con el Negro estuvimos trabajando de esa manera todo noviembre y diciembre. Durante dos semanas, eso sí, descontinuamos nuestros contactos, por un problema de seguridad que el Negro detectó con algunos compañeros vinculados antes del golpe al Regional Centro.

El Negro tenía la mala constumbre de hacer simpre la misma ruta: San Diego entre Avenida Matta y Alameda. Con una bolsa con verduras, como si viniera de la feria, hacia los diez o doce puntos del día. Muchas veces le dije que cambiara la ruta y la leyenda, era muy posible ser detectado. Yo fui a un punto con el Negro sin saber que había caido ya. Yo estaba en un kiosco, cuando de pronto aparece una camioneta con Juan Muñoz Alarcón (el ex encapuchado del Estadio Nacional) adentro, que afortunadamente no me vio. Nosotros ya sabíamos que estaba colaborando con la DINA. Y eso fue precisamente en la ruta de San Diego, la que solía hacer el Negro Zeréga. Yo volvi a quedar descolgado. Harta que de repente, por ahí por diciembre, encontré pega de vendedor de una empresa de alimentos y conservas. Después me informaron que en el laboratorio de Wella estaban necesitando personal. me presenté y quedé. Fue también algo importante, porque aprendí de las tinturas a teñir el pelo, todas cosas útiles en la clandestinidad.

DE CASA EN CASA

Un día estaba en la casa de Latadia, donde vivia, y de pronto aparece el chico Ariel con Mariana, su hijita. Ariel me informó sobre las caídas del Negro Zeréga y del "Pollo" Ruz (3), y sobre la represión que el régimen estaba haciendo al MIR. Ariel me comentó que ahora veníamos nosotros y que había que extremar las medidas de seguridad. Agrego que la Dirección había decidido pasarme una pega más interna, adscrito a la Unidad de Logística de la Dirección, que estaba a cargo precisamente del chico Ariel. Este trabajo era consegir casas para reuniones, pasaportes, barretines e insfraestructura.

En septiembre de 1974, Ariel me comenta que necesita montar una casa en la playa para que los miembros de la Dirección pudieran airearse y descansar un poco. Lo único a lo que podia echar mano era a una casa de mis primos mapucistas (Eugenio e Ismael Llona) que estaban exiliados. La madre de ellos (mi tia Rosario Mouat, antigua militante DC) tenía una casita en Cartagena, muy cerca de la antigua Estación de Ferrocarriles, que presentaba condiciones muy apropiadas para los fines que se buscaban: una sola entrada y una vista maravillosa a la terraza de la playa chica de Cartagena. Con el pretexto de que me habian echado de la casa de Latadia (lo que era verdad), le pedí la casa de Cartagena a mi tía.

El último en hacer uso de esa casa iba a ser Ariel. Después de la salida de la Ema (Fuenzalida, su pareja, detenida por la DINA), se hizo todo un operativo para trasladarla a Cartagena, para chequear que no viniera enganchada por la DINA. Ella viajó antes a Cartagena. Mientras, Ariel y yo nos reunimos en Santiago, en la casa de mi suegra, para rechequear que lo del traslado de Ema a la playa no fuera con problemas. Esa noche recuerdo que Ariel durmió conmigo (siempre lo haciá en un sofá, pero esa noche estaba ocupado), como a eso de las tres de la mañana senti de pronto que él me estaba abrazando. Al otro día lo agarré pa`l leseo, le dije que la clandestinidad lo esta afectando demasiado, nos matábamos de la risa.

Quedamos de irnos a la playa en el bus de las siete de la tarde. Llegué al Terminal, esperé un rato, Ariel no llegó y decidí partir a Cartagena. Pensé que Ariel llegaria en el tren de arriba a las diez de la noche a Cartagena. Al día siguiente, tampoco llegó. Ahí ya me urgí, y decidimos sacar a Ema y a su hija Mariana de la pensión donde habíamos dejado por un día. Mi mujer y mi hijo se fueron a la casa de los vecinos.

Nos encontramos (con Carolina Wiff, hoy detenida desaparecida) y me contó que había caído Ariel, en una pensión en Cumming junto a Sara Montes (otra militante socialista en la clandestinidad, estrecha colaboradora de Ariel Mancilla). Un pastor evangélico, pariente suyo que vino del sur a verla había llegado con cola. Ariel llegó a buscar un dinero donde Sara y fue detenido. Carolina entonces me avisó que en la casa con palmeras (una casa de seguridad del PS frente a la calle Bernal del Mercado), que yo conocia y de la que a ella le habán comentado las señas, tendría un punto urgente al día siguiente con Exequiel Ponce (4).

Llegué a la hora convenida, estaba puesta la señal de normalidad, y entré. Ponce me comentó que estaba muy fea la cosa. Me dijo que había una casa desocupada, y que evaluara si me iba pa allá. Se trataba de una buena casa, pero con un pequeño gran detalle: tambien la conocía Ariel, que estaba en manos de la DINA. El viejo me infomo tambien que a partir de ese momento me incorporaba oficialmente al Comité Central, a cargo de la Unidad Logística, en remplazo de Ariel. Con la gente que trabaja conmigo chequeamos la casa en cuestión y la de Cartagena, y no hubo problemas: El chico Ariel, ese pequeño gran hombre, no las había cantado. Así que me cambié a los cinco días. Con otro detalle que solo supe despues: en esa casa (Gutenberg 78, a los pies del cerro San Cristobal) había funcionado al principio la lavanderia que servia de cobertura para las actividades de la dirección.

El viejo empezó a llegar a la casa, iba a trabajar allí. La casa tenía dos entradas una por la calle principal y otra por el cerro, por detrás. El venia siempre por atrás. Nadie nunca la vio entrar por la puerta principal. En esos días supe, él mismo me comentó, que se encontraba viviendo en una pensión por el barrio 10 de Julio.

Por esos días el documento con las conclusiones del Pleno de la Habana (5). Yo fui quien lo recibío y se lo pa´so al viejo. Ponce se quedó toda la noche leyéndolo y tomando notas. Estaba como quique, furioso y echaba puteadas contra sus conclusiones. Cuando me levanté, en la mañana del otro día, seguía analizando las conclusiones. Decias que los de afuera estaban a miles de kilometros y no sabían qué estaba pasando adentro"

(1) Mario Felmer, miembro del Comite Central del Partido Socialista en la clandestinidad.
(2) Ariel Mancilla, Jefe de logística del Comite Central del PS. Desapareció en marzo de 1975
(3) Gustavo Ruz, miembro de la comisión politíca del partido tras el golpe militar.
(4) Exequiel Ponce, fue el maximo dirigiente del PS en la clandestinidad. Mouat lo vio por ultima vez con vida cinco dias antes de su desaparición en junio de 1975. Iba a llevarlo a otra casa de seguridad alertado por el aseche de la DINA, pero esta se le adelanto. Por terceros, Mouat se entero que gran parte de los dirigentes había caido. Quiso seguir colaborando con quienes tomaron el mando, pero ellos le recomendaron que no, que era altamente riesgoso. Mouat se autoexilio en Europa hasta 1990, cuando se levantó su prohibición de ingreso al país.
(5) El Pleno de La Habana fue la primera reunión que realizo, en mayo de 1975, la dirigencia del PS radicada fuera de Chile. Su diagnóstico de la realidad política del país no fue compartido por quienes permanecieron en la clandestinidad, en particular las lineas de acción para combatir el gobierno militar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

GRANDE PANCHULO!!!!!!!!

Anónimo dijo...

Buenos recuerdos, gran persona, desinteresado y sin ociosidades. Un agrado haberlo conocido.